AUTOR: ELIZA HEWITT
HIMNO: MÁS DE JESÚS QUIERO APRENDER
Todo cristiano va a pasar por tiempos de prueba, como lo explicó el apóstol Pedro:
“Amados, no os sorprendáis
del fuego de prueba
que os ha sobrevenido,
como si alguna cosa extraña
os aconteciese”
(1 Pedro 4:12)
, y el Señor puede utilizar estas pruebas con el fin de que su nombre sea glorificado, como en el caso de Lázaro:
. Fue así como Dios utilizó circunstancias muy difíciles en la vida de una joven para la gloria de Su Nombre.
El nombre de esta joven era Eliza Hewitt, quien nació en Pensilvania, Estados Unidos, el 28 de junio de 1851.
Estudió en la preparatoria de señoritas de la ciudad de Filadelfia y, luego de graduarse, le dieron trabajo como maestra de escuela. Problemas con su columna vertebral la confinaron a la cama por varios meses y, como consecuencia, su salud nunca llegó a ser la misma.
Eliza no dejó que su situación desarrollara un resentimiento que la dejara con un espíritu amargado, sino que aprovechó el tiempo escribiendo himnos.
El apóstol Pablo también vivió esta experiencia, al decir:
Los meses de discapacidad permitieron a Eliza fortalecer su relación con su Señor a través de la lectura de su Palabra y la meditación en ella.
El primer himno que escribió se titula “Ganando almas para Jesús”. Sus himnos fueron un gran consuelo para ella, pero también un gran estímulo para otros.
Su salud fue mejorando poco a poco hasta que, después de seis meses, estuvo lo suficientemente bien como para levantarse de la cama. El corazón de Eliza rebosaba de gratitud a su Señor por su fidelidad y ayuda durante este tiempo, así como por permitirle esta parcial recuperación. Uno de sus himnos describe su gozo:
Grande gozo
hay en mi alma
hoy,
pues Jesús
conmigo está,
y su paz,
que ya gozando estoy,
por siempre durará.
Grande gozo,
¡cuán hermoso!
cuando paso el tiempo
bien feliz,
porque veo de Cristo
la sonriente faz;
grande gozo
siento en mí.
A pesar de sus continuos problemas de salud, Eliza gozaba de cierto bienestar de salud, por lo que tomó la responsabilidad de una escuela dominical que ¡llegó a tener más de 200 niños! Por lo que también contribuyó con la publicación de canciones y escritos para los niños.
Cuando el compositor y editor de himnarios William Kirkpatrick supo del talento de Eliza Hewitt la animó a que continuara escribiendo himnos que fueron publicados y ganaron cada vez más popularidad. Así fue como otro compositor de himnos, John Sweney, también se interesó en el trabajo de Eliza, y le dio música a varios de sus himnos más populares. Uno de ellos es:
Canten del
amor de
Cristo,
ensalzad
al Redentor.
Tributadle
santos todos
grande
gloria y loor.
.
Entre sus amistades también estaba la escritora de himnos Fanny Crosby, con quien entabló muchas conversaciones sobre los himnos que escribían.
El corazón de Eliza estaba lleno de amor y aprecio por su Salvador. Su deseo era de conocerle más y más en su vida y de poner sus talentos al servicio del Señor.
¿No es este el deseo
que debe existir
en cada cristiano
salvado por la gracia
del Señor?
No es el privilegio de una clase escogida de cristianos, m ás bien, el deseo de cada uno de nosotros debe ser conforme a las palabras de otro conocido himno de Eliza Hewitt:
Más de Jesús quiero aprender
Más de Jesús
quiero aprender,
más de su gracia
conocer,
más del amor
con que me amó,
más de la cruz
en que murió.
Más quiero
amarle,
más quiero
honrarle;
más de su
salvación
gozar,
más de su
dulce amor
gustar.
Más de Jesús
quisiera
hablar,
más de su
comunión gozar,
más de sus
dones recibir,
más con los
otros compartir.
Más quiero
amarle
más quiero
honrarle
más de sus
dones recibir,
más con los
otros compartir.
Más de Jesús
anhelo ver,
más de su
hermoso parecer,
más de la
gloria de su
faz,
más de su luz,
más de su paz.
Mas quiero
amarle;
más quiero
honrarle
más de la
gloria de su faz,
más de su luz,
más de su paz.